lunes, 27 de septiembre de 2010

Los mejores acompañantes


Encontré un interesante artículo en el diario de los domingos sobre las razas de perros que se adecuan más para ser compañía de las personas. Señala el articulo que si bien no es totalmente determinante los genes del can, influye el tipo de crianza que se le dé a nuestras mascotas.

Sin embargo hay razas que de por sí muestran ciertas características casi innatas. Teniamos entendido que los perros pequeños podían resultar buenos acompañantes, pero esto no es exactamente cierto porque por ejemplo los Shitzu (doy fé de ello), Yorkshire terrier, Chihuahua, Pequines y Fox Terrier son perros que se estresan con facilidad e incluso pueden llegar a morder en estados de mucha ansiedad.

Más bien razas como el West highland terrier, Golden retriever, Pastor australiano o alemán resultan muy cariñosos para convivir con personas de cualquier edad.
Entonces a la hora de elegir un animal de compañía, consideremos lo expuesto.....de ser posible, y así todos nos sintamos en buena y reciproca compañía.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La felicidad ¿se aprende?


Un 50%, sí. La felicidad es bienestar más conciencia. Se trata de convertir los pequeños momentos de bienestar en felicidad iluminándolos con la conciencia. Saber que la felicidad es efímera e intermitente, saber hallar dentro de la tristeza o la desdicha un momento para sonreír y asumir la imperfección nos predispone a la felicidad.
Christophe André, médico psiquiatra y psicoterapeuta

Plenamente de acuerdo con esta concepción de la felicidad. La asumo como momentos en los cuales podemos sentirnos plenos o casi plenos.

martes, 7 de septiembre de 2010

La experiencia de viajar

España


Colombia



"Cuando uno viaja siente de una manera muy práctica el acto de Renacer. Se está frente a situaciones nuevas, el día pasa más lentamente y la mayoría de las veces no se comprende ni el idioma que hablan las personas. Exactamente como una criatura que acaba de salir del vientre materno”.
EL PEREGRINO. Paulo Coelho

Volver a un lugar antes visitado es rencontrase un poco con nuestro YO. "Así eramos, así somos", el pasado con el presente, el ayer con el hoy.

En cambio conocer un lugar nuevo nos hace sentir extraños, extranjeros, curiosos, espectantes de aquello que se nos viene.
Se activa con mayor fuerza nuestra capacidad de sorpresa y de asombro ante lo novedoso.
Indudablemente no sólo descubrimos lugares desconocidos, también nos descubrimos a nosotros mismos en esos lugares.

Un viaje no sólo es recorrer distancias, conocer otras personas, otras costumbres, otras culturas, otros cielos...... sino fundamentalmente es un viaje hacia nosotros mismos. Luego, cuando la experiencia termina, una parte nuestra queda en ese lugar y un poco de ese lugar quedará vivo en nosotros.

Los recuerdos que se traen de los viajes, como aquellas conchitas del mar mediterráneo que recogía en tantas idas y venidas a las playas o aquel denario que compré en el Cerro de Monserrate (Colombia), me permiten magicamente volver a estar en esos lugares, recuperar en un instante aquello vivido y viajar nuevamente, solo cierro mis ojos...