lunes, 15 de junio de 2009

Cuando el silencio tiene precio, la vida deja de ser Vida


Algunas veces era una niña de 12 años. Otras de 14. A veces era un amigable joven de 15. Las menos, había superado la mayoría de edad. El detenido en Chipiona (Cádiz) era, en realidad, varón y tenía 24 años pero se había inventado hasta 12 personalidades para ganarse la confianza de sus víctimas.
Durante semanas habló con ellas a través de Internet. Se intercambiaron palabras en el chat, mensajes por correo y fotografías en algunas redes sociales como Facebook. Cuando la amistad se consolidaba y reunía material suficiente, él desvelaba su verdadero rostro. El que amenazaba y chantajeaba a las que supuestamente eran sus amigas. Así engañó a 250 personas, la mayoría mujeres y menores. La Policía le detuvo una vez en octubre del año pasado. Pero siguió actuando. A la segunda le han llevado a prisión.

El País