jueves, 31 de julio de 2008

Leer leer leer


El gusto por la lectura no empieza de un día para otro. Es consecuencia de formarse en el hábito y desde edades tempranas.

La famosa "depre"

Vicent van Gogh


DEPRESIÓN

Ese estado que aqueja a 450 millones de personas en el mundo y en donde la persona experimenta un estado de tristeza e infelicidad, pudiendo ser transitorio o permanente, se presenta como uno de los mayores flagelos de la condición humana.

Es un tema de constante investigación donde se apunta que su origen puede ser genético, pero también debido a otros factores desencadenantes de la enfermedad: tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio.

La investigación científica indica que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una enfermedad depresiva.

Seguiremos con el tema tantas veces sea necesario.

Los primeros cafés


Según Rosario Olivas Wenston, investigadora de la historia de la cocina peruana, relata que la costumbre de tomar café, aromática y exquisita bebida, llegó al Virreinato del Perú a mediados del siglo XVIII, pero es solo a finales del mismo se aperturan los primeros establecimientos dedicados a su elaboración y venta.

El café fue introducido en Europa a mitad del siglo XVII. Las primeras plantas de café llegaron a Lima después del año 1760 y fueron traídas de Guayaquil. En Huánuco ya existían algunas plantas, no se sabe en que fecha llegaron ni quién las sembró por primera vez (Gonzalo Laguna 1794 t.I)

En 1791 se publica en el Mercurio Peruano un artículo donde se indica que en 1771 don Francisco Serio abrió el primer café de la Ciudad de los Reyes en la calle de Santo Domingo, a unos metros de Palacio de gobierno, en una magnifica ubicación, cerca de la Universidad nacional Mayor de San Marcos.
Al año siguiente un tal señor Salazar abrió el segundo café limeño en la calle de La Merced (quinta cuadra del jirón de la Unión) conocido como "Francisquín". Ese mismo año se abre el tercer local en calle de Los Plumeros, cerca de la iglesia de San Agustín. Estos cafés tenían además mesas de billar y de truco. Luego se abrieron más locales (siete) en los cuales también se podía consumir bizcochuelos, sangría, ponche de huevos, barquillo, dulces secos, chocolate con tostadas. Se trataba de grandes negocios

Siembra




Siembra

"Si encuentras tierra fértil,
abonas en cantidades adecuadas,
cultivas con afecto,
riegas con mesura,
cuidas con paciencia,
cosecharás los frutos,
en abundancia,
y la recompensa
no se hará esperar,
pues es tierra buena
y que espera otra vez tus manos sobre ella"

R.B.C