viernes, 17 de octubre de 2008

¡Habla jugador!




Autor: Julio Hevia, psicólogo y comunicador peruano.

Asegura que los cambios que ha experimentado el habla en el país surge de las necesidades colectivas.

En la jerga, al igual que en el español castizo, 'lo bueno, si breve, dos veces bueno'". Tiene razón: los diálogos entre un chofer de un bus o una coaster y su cobrador se limitan actualmente a ciertas palabras que parecen resumir una idea extensa y aburrida: 'plomo', en alusión a lo pesado, es aquel pasajero que va desde el primer paradero hasta el final; un 'chantón' es el conductor que retrasa su marcha para aprovechar y recoger la mayor cantidad de pasajeros posible en su vehículo; y 'pisa' es lo opuesto... "Acelera, compadre, si no, nos ganan la carrera".

Los chistes, las jergas requieren de la aprobación de una masa antes de ser exitosas (en este caso, en las rutas), tal como refiere Fedor Larco Degregori, psicólogo y autor del "Diccionario de la jeringa peruana". Jergas en buen cristiano

Hevia, por ejemplo, señala que 'planchado', con la que se designa a un vehículo que lleva solo pasajeros sentados, evoca la expresión 'planchaba' de mediados del siglo XX, con la que la juventud de entonces calificaba a la chica que, "por limitaciones estéticas o extremada timidez, no bailaba ni una sola pieza en el quinceañero de antaño". 'China' (la moneda de 50 céntimos), 'caña' (el chofer) o 'apéguese' (esa bizarra manera de pedirle al pasajero que haga espacio en el vehículo para que entren otros) configuran así este lenguaje que, un paso más allá de la curiosidad, engloba la creatividad de quienes a diario surcan esta selva de concreto que es nuestra capital.

Según Agustín Panizo Jansana, . Lingüista y lexicógrafo, el concepto técnico de la "jerga" es una lengua de grupo y su origen data de las lenguas de los delincuentes del siglo XVI. Su característica es que es usada por grupos que buscan identificarse entre sí y excluir a quienes no forman parte de él. Debe haber un grupo de personas que se dediquen a una actividad común, con vínculos familiares, amicales o sociales, o que tengan necesidades expresivas propias.

La lengua es un sistema en constante evolución que se modifica según los patrones de vida de los hablantes. Por ello, no se sabe si 'clic' pasará de moda o no. Lo que sí es seguro es que necesitamos palabras que no solo nos permitan comunicarnos sino que, además, sellen una identidad, porque nosotros nos definimos a través del lenguaje.

Por Alberto Villar Campos.