miércoles, 8 de junio de 2011

El fenómeno Ollanta Humala

Ollanta Humala y los resultados de Lima

Por: Roberto Bustamante Vento, Arqueólogo, con maestría en antropología, en la Universidad de San Marcos, Perú. Investigador del Centro Peruano de Estudios Sociales – CEPES.

Mucho se está hablando sobre el resultado de las elecciones y cómo esta es la primera vez (salvo que venga Fernando Tuesta y me corrija) que el Perú que no es Lima le gana a la capital una presidencia. Eso en términos generales es cierto. Invito a leer los posts de Marco Sifuentes y de Francisco Rodríguez. También el artículo de Carlos Meléndez para La Tercera de Chile.

Ahora, sobre el resultado. ¿Qué hizo que OH termine ganando? Van a salir hartas explicaciones y aquí solamente ensayaremos una. Que Lima sigue teniendo un peso demasiado grande sobre el resto del país. ¿Qué? ¿Cómo?


La resistencia a OH en estas elecciones ha sido menor en Lima a la de las elecciones pasadas. En términos relativos, OH subió entre la segunda vuelta del 2006 a la del 2011 en 5 puntos porcentuales (no hablamos aquí de cifras absolutas, por el tema del crecimiento poblacional, pero a los interesados esa vez OH sacó 1 millón y medio de votos y esta vez sacó 2 millones). Esto puede tener varias explicaciones, entre ellas que el antifujimorismo es mayor al antialanismo.

Claro, este antifujimorismo no circuló por los medios de comunicación masiva. Sí, claro, varios periodistas dicen que ellos no influyen, pero ciertamente tener 55% de confianza en la población pesan. Tienes una responsabilidad allí. Y se puede decir que tanto algunas pequeñas ventanas dentro de los propios medios, como las redes sociales y la calle sirvieron de vehículo para fortalecer la crítica al fujimorismo. Al que hay que agradecer, además, porque se encargó de dar varios insumos.


Esta es la intención de voto en Lima según Apoyo, por lo menos hasta el 21 de mayo. Como no han publicado el desagregado de sus encuestas finales, ya hago la conexión con el resultado final de la ONPE. No es algo metodológicamente limpio, pero espero que ayude a la imagen.

OH hacia la segunda mitad de mayo es que llega a su nivel más bajo, tanto como KF llega a su nivel más alto. Hasta ese momento todo era caída libre para OH en Lima, y sí se puede decir que allí funcionó muy bien el trabajo mediático (¿siguen diciendo que no hay influencia?). Sin embargo, en ese momento se da un movimiento raro de intención de voto de KF (pocos) y de los indecisos hacia OH. Las columnas de Mario Vargas Llosa, el trabajo fortísimo de videos, imágenes, textos por redes sociales, la preparación de la marcha Fujimori Nunca Más, la misma jornada en las calles del 26 de mayo, y el sinceramiento del fujimorismo en televisión abonó al cambio en la intención de votos de muchos.

Nuevamente la televisión influyó, a través de estas ventanas de oportunidad. Las frases salían de ella y alimentaban las redes sociales, generando el clima de rechazo al fujimorismo. Cultura de convergencia, diría Henry Jenkins. No son las redes sociales versus la televisión, sino una relación tensa de información que va y viene en múltiples direcciones.



Y esa sensación de triunfo fue difundiéndose a modo de virus que, como dicen Christakis y Fowler, funciona si hay condiciones para el contagio. Y el fujimorismo siguió dando frases para la platea y estas fueron rápidamente aprovechadas y remixeadas por las redes.

Claro, al final no se ganó Lima, pero con el resultado obtenido, todo voto fue valioso.