lunes, 16 de marzo de 2009

Las falsas apariencias


Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida.

Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo.
-“Mira abuelita - dijo al llegar a casa - he traído las más hermosas... ¡mira qué bonito es su color escarlata! Habían otras más arrugadas, pero las he dejado”
-“Hija mía - repuso la anciana - esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las y apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...”

Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido.

7 comentarios:

Gael dijo...

A veces las cosas no son lo que parecen.

RBC dijo...

Y a veces nos dejamos llevar por lo que primero salta a la vista y se cometen errores

NoSurrender dijo...

es una metáfora de la vida del bosque, sí: lo bello mata.

jenelvi dijo...

ojos vemos, corazones no sabemos.

RBC dijo...

Y en honor a ello actuamos muchas veces injusta o equivocadamente

malbicho dijo...

qué cierta está la abuelita, a veces el veneno se esconde tras una apariencia atractiva, yo por eso soy feíta, pa´ que luego no se den por engañados -je-

saludos!

RBC dijo...

ja ja ja

o como la apetecible manzana que tento a Adán